De la venta de drogas y las palizas por encargo a la evangelización de jóvenes
John era un gángster de la mafia de Londres. ¿Saben lo que es un gángster? = Es una persona que los mafiosos contratan para apalear a los deudores.
El trabajo de John era buscar a los que tenían deudas con la mafia, golpearlos y quebrarle las piernas con un bate. ¿Qué les parece?
John era un hombre violento que se había criado en las calles. Cuando John golpeaba a algún deudor, lo hacía sin compasión y sin misericordia.
¡Hasta la Policía le tenía miedo a John! = Cuando John era arrestado, lo agarraban entre cinco o seis policías y siempre alguno iba a parar al hospital.
Una noche, después de una pelea, John estaba sólo y escuchó que alguien lo llamaba por su nombre. Había un hombre frente a John diciéndole sus crímenes y pecados.
John se abalanzó sobre ese hombre, ¡Ese hombre tenía una fuerza sobrehumana!
Por primera vez, John recibió la paliza de su vida. John peleó toda la noche contra ese hombre y no lo pudo vencer.
Estando en el suelo, adolorido y apaleado, John se puso a llorar arrepentido por todos sus crímenes y pecados. El hombre lo miraba con mucha compasión.
Al día siguiente, John fue a buscar a unos misioneros franciscanos que atendían indigentes y borrachos de la calle, que lo recibieron con mucha alegría.
Los misioneros franciscanos le dijeron a John que el Señor Jesús le había visitado personalmente y que lo estaba invitando a cambiar de vida.
Los misioneros franciscanos le ayudaron a John a abandonar su vida de matón. John visitó a cada uno de sus clientes mafiosos y les dijo que ya no lo contrataran.
John Pridmore, el matón de discoteca que se encontró a Dios
"Empecé a robar a los 13 y me encerraron a los 15 en un centro de menores. A los 19 estaba en la cárcel. Me peleaba siempre, y por eso me castigaban en confinamiento. Al salir de prisión, pensé que ya que me gustaba pelear podía usar eso para ganar dinero".
Droga y palizas
Un día dio una paliza a un rival. El padre y el hermano del apalizado vinieron a buscar a John para vengarse. Hubo pelea, y John acuchilló al hermano. Semanas después supo, aliviado, que no había muerto. Pero mientras tanto, con 27 años, dinero y reputación de tipo duro, se hacía preguntas: "¿por qué no soy feliz?, ¿por qué estoy tan furioso?"
La noche que todo cambió
"Estaba en mi piso, sentado, solo. Me sentía deprimido y vacío. Serían las nueve. Entonces oí lo que solo puedo definir como una voz. Me decía las peores cosas que yo había hecho. Debe ser la TV, pensé, y cambié de canal. Pero la voz seguía allí. Apagué la TV. ¿Es que me estaba volviendo loco? Entonces algo hizo clic en mí: era la voz de Dios, mi conciencia. No podía respirar, era como si me estuviese muriendo. Un miedo terrible me aferró. Me voy al infierno, pensé. Caí de rodillas y las lágrimas asomaron a mis ojos. "Dame otra oportunidad", lloré. De repente, sentí como si las manos de alguien me cogieran por los hombros y me levantaran. Un calor increíble se apoderó de mí y el miedo se evaporó. En ese momento supe, -no sólo creí sino supe-, que Dios es real. Me consumía un sentimiento sobrecogedor de amor. Entendí por primera vez que Dios me amaba. Hasta entonces yo pensaba que mi vida no valía nada".
John necesitaba decírselo a alguien inmediatamente. Al salir de casa, miró su reloj: era la una de la mañana. Lo que le había parecido un minuto eran en realidad cuatro horas. Fue a casa de su madre, acostumbrada a recibirle borracho.
"Mamá, creo que he encontrado a Dios". "¿Qué, a la una y media de la mañana?", dijo ella frotándose los ojos. Su madre llevaba años rezando por él y le confesó que había estado rezado una novena a San Judas, patrón de causas imposibles, a modo de ultimátum a Dios. John abrazó a su madre, "y sentí un amor por ella que no había sentido en mucho tiempo".
Volviendo a la Iglesia
Por fin se confesó en serio, empezó a trabajar en un comedor para pobres... y acabó en la cárcel 30 días por deudas antiguas que aún tenía pendientes. En prisión aprovechó para rezar, leer, hablar con los capellanes y ayudar a volver a la fe a un gitano compañero de celda. "Parece que Dios me mandó a la cárcel por él", escribió luego.
Los frailes callejeros del Bronx
John, con 34 años, fue novicio de los Franciscanos de la Renovación en los peores barrios de Nueva York durante 6 meses. Descubrió que Dios no le quería allí para ser fraile, sino como parte de un proceso de sanación. Volvió a Inglaterra y trabajó en centros de jóvenes conflictivos y en las campañas de Youth2000(http://www.youth2000.org/), un movimiento carismático católico de evangelización para jóvenes.
Un hogar para evangelizar
Ahora evangelizan mediante retiros de Confirmación, charlas en colegios y encuentros de oración en parroquias. También representan en Irlanda a la ONG "Mary's Meals"(http://www.marysmeals.org/) , en la que niños de colegios de las Islas Británicas envían "mochilas de comida" a niños del Tercer Mundo. Colaboran con parroquias, con Youth2000, con los Franciscanos de la Renovación...
Hoy en día, John predica la Palabra de Dios en los colegios. John les dice a los muchachos que Satanás quiere convencerlos para que hagan cosas malas, pero que el Señor Jesús puede darle una buena paliza a Satanás.
¡A los jóvenes les conviene hacerse amigos del Señor Jesús! ¿No creen ustedes?
John es un hombre enorme, pero tiene el corazón tierno porque lo tiene lleno de amor por el Señor Jesús.
¡A los jóvenes les conviene hacerse amigos del Señor Jesús! ¿No creen ustedes?
John es un hombre enorme, pero tiene el corazón tierno porque lo tiene lleno de amor por el Señor Jesús.
Si usted desea aprender más acerca de John puede enviarle un correo electrónico con sus comentarios y preguntas a johnpridmore1@yahoo.com o visite su sitio web www.johnpridmore.com donde encontrará los tres de sus libros disponibles incluyendo su historia de vida "De Gangland a Promised Land ". En su página web también se pueden encontrar videos de sus conversaciones de todo el mundo, la oportunidad de vincularse con él en Facebook, su más reciente actualización del blog y mucho más.
Su testimonio está en YouTube y ahora se puede leer en español en el libro De la tierra del delito a la tierra prometida (Editorial Rialp).
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